Hoy en día los relojes de pulsera quizás ya no sean tan imprescindibles como antes. El uso del móvil donde tenemos toda la información a mano a veces nos hace prescindir del reloj. Pero el reloj de pulsera está por encima de las leyes del progreso, ya que sigue siendo un elemento en nuestra muñeca tan reconocido, que nos es imposible vivir sin él.

Pero hablemos un poco de el valor de ese reloj que llevamos con nosotros todos los días y algunos que tenemos guardados en el joyero para cambiar en algunas ocasiones. El precio que hemos pagado por nuestro reloj suele ser razonable, e incluso nos podemos sentir orgullosos en ocasiones de tener uno de alta gama y lucirlo con elegancia, pero lo cierto es que un reloj de pulsera puede llegar a cotizarse mucho más de lo que pensamos.

El reloj más caro del mundo cuesta 11 millones de dólares, un precio similar a lo que nos costaría 5 coches de gama alta.

Las casas de subastas suelen hacer su Agosto con las joyas y relojes. La casa de subastas Philips, en colaboración con Aurel Bacs, ha cumplido el sueño de convertirse en todo un icono al conseguir situar en el mercado el reloj Patek Philippe coronándolo como el reloj más caro del mundo.

Se trata de un reloj fabricado en 1941 con cuatro ejemplares únicos en el mundo de los 281 que salieron inicialmente a la venta en el siglo XX. Está fabricado en acero inoxidable, con un calendario perpetuo y un cronógrafo. La caja de este reloj mide solo 35 milímetros y es manual, de ahí que el reloj necesite asistencia continua por parte de un profesional de la joyería.

Sin duda, los relojes Patek Philippe están hechos para batir récords. Anteriormente a este modelo, la casa lanzó otro también en acero inoxidable que llegó a alcanzar la friolera cantidad de 7 millones de dólares.

En de tiempos de antaño no tenemos relojes tan caros, pero sí piezas relojes y joyas exclusivas que irán alcanzando mayor valor desde el momento en que las adquieras.

Fuente de referencia Oui Petit